Es otra película por encargo, y como en la de Barcelona Woody simplemente se ha dejado querer, ha hecho una guia de Roma y a otra cosa. El guión brilla por su ausencia, son historias inconexas que ni siquiera tienen unidad espacio-tiempo. Aunque tratándose de un genio tiene momentos brillantes como la persecución de los paparazzi a Roberto Benigni, o los momentos de humor absurdo que rayan en locura de el cantante de opera en la ducha. El papel de Penélope es un pegote, parece que para incluirla ha tenido que poner una historia sin ninguna gracia ni conexión con el resto.
En resumen, se puede prescindir de ver esta peli, es larga y aburrida, los mejores momentos se pueden ver en un trailer. Esperemos que el año que viene no tenga ningún encargo y podamos ver otra de sus obras maestras.
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