lunes, 19 de noviembre de 2012

Privatización de la seguridad social.

Fransoyu
 Tengo la edad suficiente para que mi nacimiento se produjera en mi casa. De pequeña sufrí dos caídas, con sutura y antitetánica. Conforme crecí tuve las enfermedades comunes, la mayoría tratadas con remedios caseros, miel y limón, y un poco de anís para las muelas. Fui creciendo y trabajando, también estuve en el paro, y me denegaron un subsidio por vivir sola. Seguí con mi vida. En lo laboral nunca he cogido una baja por enfermedad (cosa que me alegra mogollón), ni por operaciones (cosa que también me alegra mogollón), nunca me han puesto un gotero, no he ido a urgencias en mi vida, no he ido al médico a por recetas, no conozco a mi médico de cabecera, abreviando sólo me han hecho una ecografía  en la mandíbula. Si hay un dinero que te descuentan en la nómina que siempre me ha gustado que me quiten es el de la seguridad social. 

 Por una sanidad gratuita y de calidad.


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